¿Cuántos fin del mundo hay? Hay mundos tan pequeños que asustan. Hay mundos inmensos que curan. Mundos de lágrimas contenidas, de latidos encorcetados; de heroicas decisiones.
¿Son las decisiones la roca que necesitamos para sentirnos fuertes? ó ¿Son el bálsamo por el que nos deslizamos por puro placer? Creo que son soluciones a largo plazo, una oportunidad que libera el oxígeno que necesitamos en ese instante. Reír, llorar con cierto alivio, después, pensar, preguntarnos, cuestionarnos, dudar del sí o del no. Sentir miedo, temer el resultado con esa mezcla de inseguridad, certeza e intuición y dudar a qué puerta llamar, de qué mundo impregnarnos y ahí volvemos a concebir otra decisión. Otro mundo.
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