Hoy he descubierto que entre las nubes viven espejos infinitos, tienen formas diferentes, anchos, estilizados, redondos como pasteles, ricos a la vista, llamativos, cimbreantes al son de las brisas celestes o grises, verdes o azul oscuro, juegan, aparecen y desaparecen. Se bañan en el torrente frio del invierno para mantener la tersura de su brillo inigualable o se refrescan en la cascada alta del verano, sempiterna delicia divina.
En un momento, parece que todos los espejos se han hecho uno solo, grande, total, inmenso, uniforme como plumas sencillas una al lado de la otra como tutús de papel inmaculado, regio... y al instante otra vez, el torrente único,impactante, húmedo, estremecedor...
En un momento, parece que todos los espejos se han hecho uno solo, grande, total, inmenso, uniforme como plumas sencillas una al lado de la otra como tutús de papel inmaculado, regio... y al instante otra vez, el torrente único,impactante, húmedo, estremecedor...
Hoy he descubierto que en los espejos que hay entre las nubes, me veo mejor, mi imagen es profunda, clara, sin la anestesia del conformismo, sino con la paz siempre anhelada, con el privilegio de ver mi ser íntegro.
Hoy he descubierto que brilla dentro de mi un espejo hecho de nubes, delicado, un espejo como un corazón vivo, sonriente, y no de piedra...
Me he dado cuenta que descubrir espejos en las nubes, es saber cual es el próposito de mi vida. Tener un espejo en las nubes es una elección acertada que manda y enseña, que ordena y crea, que deshace lo superfluo, que redime desde la esencia...
Hoy he descubierto que brilla dentro de mi un espejo hecho de nubes, delicado, un espejo como un corazón vivo, sonriente, y no de piedra...
Me he dado cuenta que descubrir espejos en las nubes, es saber cual es el próposito de mi vida. Tener un espejo en las nubes es una elección acertada que manda y enseña, que ordena y crea, que deshace lo superfluo, que redime desde la esencia...
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